Durante décadas, la Nación U’wa, pueblo indígena de Colombia, ha librado una batalla legal contra el Estado por la imposición de proyectos turísticos y extractivos que amenazan su territorio sagrado. Proyectos como la exploración petrolera Magallanes a tan solo 270 metros del resguardo U’wa, y el Parque Nacional Natural del Cocuy,  lugar sagrado para los  U’wa, son solo dos ejemplos de varios que han amenazado el bienestar y la supervivencia de los U’wa. 

Tras años de lucha, su voz finalmente fue escuchada en 2024. La Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró la responsabilidad internacional del Estado colombiano por la violación de sus derechos territoriales, culturales y ambientales. Este fallo sienta un precedente clave en la defensa de derechos de los pueblos indígenas en Colombia y la región. Establece criterios jurídicos para garantizar el goce efectivo de sus derechos colectivos y reconoce que su pervivencia física y cultural depende de aquellos. 

Por generaciones, la Nación U’wa ha defendido su territorio ancestral no solo como un espacio físico, sino como la esencia misma de su cultura y espiritualidad. 

“Uno de los elementos vitales para los pueblos indígenas es la defensa territorial, porque en él se desarrolla y se expende la cultura. Sin territorio y sin ese elemento vital no hay cultura”

Trinidad José Cobaría, Docente I. E. Kerá Shikará, del pueblo U’wa.

Desde los años noventa, los U’wa emprendieron un largo camino para que sus denuncias fueran escuchadas, interponiendo acciones legales tanto en Colombia como a nivel internacional. En 1997, la Corte Constitucional colombiana reconoció su derecho a la consulta previa. Pero pese a ello, el Estado colombiano no garantizó sus derechos, forzando al pueblo U’wa a recurrir a instancias internacionales en busca de justicia.

Una sentencia que reivindica la cosmovisión indígena

Desde EarthRights International, como co-peticionarios del caso en el sistema interamericano, construimos junto con los U’wa y las organizaciones representantes una estrategia legal que combinó el derecho internacional con su cosmovisión, dando el mismo valor a ambos sistemas jurídicos. El resultado de este litigio es histórico: por primera vez, un tribunal internacional responsabilizó al Estado colombiano por la violación de los derechos colectivos de todo un pueblo indígena.

“Esto es un logro de 30 años y este logro para nuestros hijos dejará una historia marcada de nuestros líderes y lideresas que incansablemente han luchado, han defendido y han exigido. Hoy logramos este triunfo, esto es una historia que se muestra al país y al mundo entero que nosotros sí somos capaces de defender nuestro derecho” Bladimir Moreno Torres, Expresidente de AsoU’wa. 

La Corte reconoció que todos los derechos alegados en este caso fueron vulnerados, y a su juicio, declaró la violación de otros derechos, como el derecho a la niñez. Resaltó que los Estados tienen obligaciones especiales de protección de niños y niñas en el marco de protestas, y que deben garantizar que ninguna acción represiva, como el uso de gas lacrimógeno para dispersarlas, afecte sus derechos.

A su vez, la Corte reconoció que el territorio y los elementos naturales que lo componen son el eje del sistema de valores culturales, de los U’wa, definiendo su modelo de vida colectivo, su identidad como Nación y la de cada uno de sus miembros. La Corte declaró la responsabilidad por la violación al derecho a un medio ambiente sano y enfatizó que los proyectos o intervenciones sobre este también representan un riesgo para la vida e integridad de los pueblos.  

En este sentido, ordenó al Estado adoptar medidas especiales para mitigar el impacto de la exploración y explotación de hidrocarburos y otros minerales, señaló la obligación de regular actividades que puedan causar un daño ambiental significativo, particularmente cuando involucran a empresas, y la obligación de analizar el impacto acumulativo derivado de los múltiples proyectos extractivos en su territorio.

Además, la Corte, por primera vez, hizo referencia a la “triple crisis planetaria”. Esta crisis se entiende como la interconexión de 3 amenazas globales: la contaminación ambiental, la pérdida de biodiversidad y la crisis climática causada por el uso de combustibles fósiles y las emisiones de metano. Este es “un desafío complejo y multifacético que requiere una respuesta integrada y urgente para garantizar la sostenibilidad del planeta y el bienestar de sus habitantes”.

Adaptación del Carrusel puntos claves de la sentencia

La implementación de la sentencia: el verdadero desafío

La sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos es un primer paso hacia la reivindicación de los derechos de la Nación U’wa. Ahora, el gran reto al que nos enfrentamos es que el Estado implemente medidas concretas para proteger efectivamente el territorio y los derechos de la Nación U’wa. 

Adaptación del Carrusel medidas de reparación.

La lucha histórica de la Nación U’wa, al igual que la de muchos otros pueblos indígenas, nos obliga a replantear los modelos productivos que destruyen el medio ambiente. Debemos de preguntarnos: ¿permitiremos que los intereses económicos sigan imponiéndose sobre la vida?

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