La grave situación de los indígenas en aislamiento en la Amazonía peruana
Este año presencié uno de los atardeceres más bellos que he visto en mi vida. El sonido de la naturaleza y un golpear tenue de los rayos del sol me dieron la bienvenida a Puerto Maldonado, la capital del departamento de Madre de Dios, en el sureste del Perú.
El encuentro con ese atardecer amazónico me invitó no sólo a admirar su majestuosa biodiversidad sino a reflexionar que detrás de ese hermoso atardecer, se esconde una historia marcada por décadas de crueldad contra los Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI), o nuestros “hermanos aislados” como bien los llama Julio Cusurichi, indígena Shipibo y Presidente de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD). Ese atardecer quieto es quizás solo una señal de esas voces apagadas y de la libertad robada que aún los Estados no quieren devolver al no garantizarles el pleno disfrute de sus territorios ancestrales y recursos naturales.
La historia nos recuerda la verdadera razón del aislamiento de los pueblos indígenas en la Amazonía peruana. Las nefastas consecuencias de la era del caucho, que inició en el año 1885, llevaron a que los indígenas fueran víctimas de las llamadas correrías, que fue un mecanismo utilizado por las personas que extraían el caucho para esclavizar a hombres, mujeres y niños indígenas que habitaban la zona con el objetivo de obtener mano de obra barata y evitar sus ataques por quierer defenderse (Townsley, 1994). El aumento de las correrías produjo que diversos pueblos indígenas huyeran de las constantes persecuciones y se refugiaran en tierras alejadas en búsqueda de aislamiento, como los Mashco Piro (Valdez, 1994). Ello causó la muerte de diversos indígenas en aislamiento debido a las epidemias, excursiones violentas, enfrentamientos y conflictos internos, así como la extinción completa de los pueblos Iñapari, Sapiteru, Huachipaeri, Toyoeri, Kisambaeri, Arasaeri, entre otros (Wahl, 1994).
Tras décadas de violencia y explotación de sus territorios, muchos pueblos indígenas de la Amazonía peruana prefirieron quedarse en condiciones de aislamiento como forma de supervivencia y como modo de vida. Sin embargo, pese al trascurso del tiempo, la realidad de los PIACI no ha cambiado, siguen siendo poblaciones que viven entre la vida y la muerte, sin que se les reconozcan y garanticen sus derechos de manera efectiva. En mi visita a Puerto Maldonado conversé con Eusebio Ríos Iviche, líder indígena y vicepresidente de la FENAMAD, quien enfatizó que pese al conocimiento del Estado peruano de la situación de extrema vulnerabilidad que históricamente han padecido los hermanos aislados, este aún no reconoce a plenitud sus derechos. Y ello es cierto, el trabajo incansable por el respeto a la intangibilidad de sus territorios ancestrales, ha llevado a las y los defensores indígenas a enfrentarse frontalmente con el Estado peruano respecto a diversos proyectos de infraestructura (carreteras), extractivos (minería e hidrocarburos), hidroeléctricos y madereros; así como contra los efectos colaterales que dichas actividades producen, como la contaminación al medio ambiente, propagación de enfermedades, contactos forzados por el turismo, misiones religiosas, entre otros.
Pese a la cruel historia vivida por los PIACI durante la época del caucho, el Estado peruano pareciera obviar dicha parte de la historia, y no tomar medidas urgentes y eficientes para proteger y garantizar el pleno derecho de los PIACI a vivir en paz, conforme a su cultura.
“Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan.” Camille Sée
En EarthRights International apoyamos, a través de diversas acciones legales, capacitación, y de incidencia, el trabajo de la FENAMAD, quien es una de las organizaciones locales indígenas que trabaja arduamente por reivindicar los derechos de los PIACI en Puerto Maldonado. Acompañarlos en su lucha diaria, nos permite construir de forma conjunta estrategias que apoyen esa lucha incansable por proteger a nuestros hermanos aislados.
Hoy que conmemoramos el Día Internacional de los Pueblos Indígena. Debemos aprender de aquellos hechos del pasado que robaron la libertad a nuestros hermanos y hermanas aisladxs, continuemos en la lucha por la reivindicación de sus derechos y quizás así los próximos atardeceres en la Amazonía vengan acompañamos con la fuerza de seguir avanzando en esta lucha que es la de todos y todas.
Bibliografía