En el período previo a la COP 26, el IPCC publicó su último informe de evaluación de la ciencia del clima que muestra que la actividad humana está impulsando el cambio climático, pero que todavía hay tiempo para evitar los peores efectos si nos alejamos de los combustibles fósiles.
Casi tres meses antes de que los países reanuden las negociaciones sobre el clima en la COP 26 en Escocia, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó hoy un nuevo informe que revela que la actividad humana está impulsando inequívocamente el cambio climático y que algunos de los efectos de la crisis climática serán irreversibles durante cientos de años. Los responsables de la formulación de políticas climáticas de todo el mundo deben prestar mucha atención, porque el informe también ofrece esperanza y revela recomendaciones críticas de la ciencia del clima, que los gobiernos deben seguir para prevenir los peores efectos del cambio climático y prevenir una emergencia climática total.
Expectativas para Glasgow
Después de una pausa de dos años debido al Covid-19, los negociadores climáticos de todo el mundo se reunirán en noviembre para avanzar en la implementación del Acuerdo de París. Con incendios e inundaciones sin precedentes que asolan el mundo y comunidades enteras que pierden sus hogares, los efectos de la crisis climática son innegables y exigen una acción urgente. La COP 26 es la última oportunidad para que la comunidad internacional evite un futuro catastrófico y proteja el planeta y los derechos de todos sus habitantes. La conferencia también marcará el regreso de los Estados Unidos a las negociaciones multilaterales. Hay grandes expectativas sobre lo que Estados Unidos traerá a la mesa, y los compromisos que las partes harán en la COP 26.
En el camino hacia las negociaciones sobre el clima, una de las discusiones más importantes es sobre la ambición y si el acuerdo de París logrará lo que se necesita para evitar los escenarios más catastróficos. Los compromisos climáticos nacionales, conocidos como Contribuciones Nacionalmente Determinadas, presentados por los países hasta ahora no son suficientes para lograr el objetivo del acuerdo de París “de [continuar] los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales“. Según la secretaría de la ONU del Acuerdo de París, solo 110 países, que representan el 58 por ciento de todos los países miembros, presentaron compromisos nacionales nuevos o actualizados antes del 30 de julio, fecha límite establecida por las partes del acuerdo.
En septiembre, cuando la secretaría publique su próximo Informe de Síntesis, recopilando la información de los compromisos climáticos de los países hasta la fecha, sabremos el verdadero impacto de dichos compromisos en los objetivos del Acuerdo de París. La sociedad civil sigue haciendo un llamamiento a los Estados, especialmente a las naciones industrializadas, que son los que más han contribuido a la crisis climática, para que presenten compromisos nacionales ambiciosos en consonancia con el objetivo de París. La sociedad civil está pidiendo a las naciones industrializadas que se comprometan a cero emisiones de carbono para 2030 o antes, si es posible.
La crisis climática ya está aquí
Los actuales fenómenos meteorológicos extremos exigen que los países aceleren sus acciones para adaptarse a la crisis climática. Sin embargo, incluso con la adopción de medidas de adaptación, las personas afectadas por la crisis climática ya están perdiendo sus hogares y medios de vida y necesitarán compensación para mitigar estos daños. Esto es lo que los países discutirán cuando se hable de adaptación, pérdida y daños. En el marco de estas negociaciones, las naciones industrializadas se han comprometido a movilizar recursos financieros para que los países en desarrollo se adapten y proporcionen compensación. Los países desarrollados acordaron una meta de 100 mil millones de dólares al año para 2020, una meta que todavía no ha sido satisfecha.
Estados Unidos, en particular, no ha pagado 2 mil millones de dólares pendientes al Fondo Verde para el Clima después de que la administración Trump puso fin a las contribuciones estadounidenses a esa entidad. Este año, el presupuesto de la administración Biden incluyó solo $ 1.25 mil millones para el fondo. Estados Unidos ha guardado silencio sobre su promesa ya vencida, de movilizar recursos para la adaptación. Antes de la COP, EarthRights está pidiendo a las naciones industrializadas, específicamente a los Estados Unidos, que cumplan y mejoren sustancialmente sus compromisos y proporcionen los recursos financieros necesarios para que los países que los necesitan cumplan con sus compromisos climáticos y protejan a sus comunidades.
Llevar a las comunidades a la conversación
La COP 26 debería aspirar a ser una COP de la gente. La creciente crisis climática exige una mayor participación ciudadana en la adopción de políticas climáticas. La reunión de este año en Escocia es la primera negociación climática en persona desde Madrid en diciembre de 2019. Entendemos que puede haber restricciones en el número de personas que podrán asistir a la conferencia debido al COVID-19 y la amenaza de una nueva ola causada por la variante delta. El Reino Unido, que dirigirá la COP de este año, dio un buen paso para garantizar la participación al ofrecer vacunas a los delegados, incluidos los observadores de la sociedad civil que no han podido obtener la vacuna en sus países de origen. Aunque la pandemia plantea desafíos, es importante que el Covid no se utilice para impedir la participación de la sociedad civil. La acción por el clima debe ser inclusiva y participativa, y eso significa asegurarse de que las comunidades y los observadores de la sociedad civil puedan participar efectivamente en las negociaciones en Escocia.
Incluso cuando se permite la participación de representantes de la sociedad civil y de la comunidades locales, a menudo se pasan por alto sus perspectivas y sabiduría como primeros en responder a la crisis climática. Esto es especialmente cierto para las comunidades de primera línea y los defensores y defensoras que tienen menos oportunidades y recursos para participar en estos procesos difíciles y costosos que implican el atender las reuniones de la COP. Al mismo tiempo, los defensores de primera línea se enfrentan a una represión y violencia extremas cuando tratan de proteger a sus comunidades de las actividades perjudiciales para el clima. Existe una gran desconexión entre los países en las negociaciones internacionales sobre el clima que discuten la reducción de las emisiones de carbono, y esos mismos países que permiten el desarrollo de nuevos proyectos de combustibles fósiles en casa.
Apoyo a los defensores en todo el mundo
En EarthRights, trabajamos con comunidades de primera línea y defensores que se resisten a proyectos que dañan el clima en todo el mundo. Recientemente, EarthRights y otras organizaciones colegas, que apoyan a los activistas que se oponen a la Línea 3 en Minnesota lograron una victoria legal para poner fin a un bloqueo policial ilegal. La policía bloqueó el acceso a la propiedad privada que sirve como campamento para los protectores del agua que buscan defender los humedales vírgenes y el territorio de los pueblos Anishinaabe. Este tipo de actos represivos contra los defensores y las defensoras y las comunidades que trabajan por la justicia climática no son nuevos y revelan una tendencia global a reprimir a quienes defienden el medio ambiente. Los países deben comprometerse a poner fin a las políticas y prácticas abusivas contra los defensores del clima y el medio ambiente. Antes de la COP, pedimos a todos los países que cumplan su promesa de no dejar a nadie atrás y garantizar que los defensores del medio ambiente y el clima puedan continuar su trabajo sin temor a la violencia o las represalias.
La oportunidad de Biden de actuar a favor del clima
La administración Biden no ha cumplido con sus promesas climáticas, pero la cuenta regresiva hacia la COP 26 le ofrece una nueva oportunidad para redimirse. Biden hizo del cambio climático un punto definitorio de su agenda. Pero no ha rechazado los proyectos de infraestructura de combustibles fósiles, como la Línea 3, que perpetúan nuestra dependencia de los combustibles fósiles y no se alinean con la ambición necesaria para abordar la crisis climática. Además, la Casa Blanca despojó al proyecto de ley de infraestructura, actualmente en proceso de negociación por el Congreso, de las disposiciones clave sobre el clima. Las organizaciones de la sociedad civil están advirtiendo que las disposiciones del proyecto de ley permitirían a las corporaciones de combustibles fósiles acceder a millones de dólares en subsidios. Esta medida entra en conflicto con la expectativa de que los países acuerden poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles durante la COP 26. Como líder de la COP de este año, el Reino Unido ha anunciado públicamente el fin de los subsidios a los combustibles fósiles como uno de los principales compromisos del país para la conferencia climática. Si los Estados Unidos y otros emisores importantes quieren evitar los peores efectos de la crisis climática, deberían unirse a la Presidencia del Reino Unido en este objetivo.
La ciencia del clima es clara: el informe del IPCC pide a los países que actúen de inmediato si queremos limitar el calentamiento climático a 1,5 grados en las próximas décadas. La tierra está haciendo un llamado urgente a la acción urgente. Las partes en el acuerdo de París deben actuar de acuerdo con la ciencia más reciente. En el período previo a la COP 26, EarthRights, junto con miles de grupos de la sociedad civil, comunidades indígenas y de primera línea, grupos de jóvenes y defensores y defensoras del clima y el medio ambiente de todo el mundo, se movilizarán para exigir que la COP 26 cumpla con los compromisos necesarios para proteger nuestros derechos y a nuestro planeta.
Natalia Gómez es Asesora de Políticas de Cambio Climático en EarthRights International